Sabias que caminar unos cuatro mil pasos al día puede retrasar el deterioro cognitivo?

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Las personas que realizan actividad física moderada tienen un cerebro de mayor tamaño y preservan la capacidad de pensar a medida que envejecen.

Los investigadores descubrieron una correlación significativa entre la actividad física regular y el aumento del volumen cerebral.

El estudio, publicado en el Journal of Alzheimer’s Disease , sugiere que incluso el ejercicio moderado podría tener un profundo impacto en la salud del cerebro.

Particularmente en áreas vulnerables al envejecimiento y a enfermedades neurodegenerativas como el alzheimer.

Un creciente conjunto de evidencia sugiere un vínculo entre la actividad física y la salud del cerebro.

Con una población mundial que envejece y tasas crecientes de demencia, incluida la enfermedad de Alzheimer.

Es de suma importancia comprender cómo los factores del estilo de vida, como el ejercicio, pueden afectar la salud del cerebro.

Investigaciones anteriores habían insinuado los efectos protectores del ejercicio en el cerebro.

Pero era necesario realizar un análisis más completo utilizando técnicas de imagen avanzadas y una gran base de participantes.

El estudio involucró a una gran cohorte de 10,125 participantes, provenientes de varios lugares. Incluidos Vancouver, Redwood City, Los Ángeles, Minneapolis, Boca Raton y Dallas.

Este grupo diverso de participantes fue crucial para obtener una muestra amplia y representativa. Que abarcara una variedad de edades, géneros, razas y etnias.

Los participantes se sometieron a resonancias magnéticas de cuerpo entero sin contraste.

Utilizando escáneres de cuerpo entero de alta resolución que son capaces de producir imágenes detalladas del cerebro. Esenciales para un análisis volumétrico preciso.

La medición volumétrica de las regiones del cerebro se realizó utilizando FastSurfer, una red avanzada de aprendizaje profundo.

Esta tecnología supone un gran avance en el campo de la neuroimagen, ya que permite el análisis rápido y automatizado de resonancias magnéticas estructurales.

Los datos de actividad física se recopilaron a través de cuestionarios autoinformados completados antes de la obtención de imágenes.

El equipo de investigación clasificó la intensidad de la actividad física según las definiciones estándar de los Centros para el Control de Enfermedades.

La actividad física moderada se definió como actividades que aumentaban la frecuencia cardíaca y respiratoria pero que aún permitían hablar.

Como caminar a paso ligero o andar en bicicleta a un ritmo pausado.

La actividad física vigorosa, por el contrario, era más extenuante y no permitía hablar más que unas pocas palabras sin hacer una pausa para respirar.

También se registró la frecuencia de tales actividades y los participantes informaron el número de días que participaron en dichas actividades durante un período de 14 días.

Mayores volúmenes cerebrales en individuos activos

Los investigadores encontraron que aquellos que realizaban actividad física regular tenían volúmenes significativamente mayores de materia gris y blanca.

La materia gris es crucial para procesar la información en el cerebro.

La materia blanca facilita la conexión entre diferentes regiones del cerebro.

La coautora del estudio Somayeh Meysami, profesora asistente del Saint John’s Cancer Institute y del Pacific Brain Health Center.

“Nuestra investigación vincula la actividad física regular con mayores volúmenes cerebrales, lo que sugiere beneficios neuroprotectores.

Este gran estudio de muestra amplía nuestra comprensión de los factores del estilo de vida en la salud del cerebro y la prevención de la demencia”.

Curiosamente, el estudio destacó que incluso niveles moderados de actividad física podrían tener un impacto positivo en la salud del cerebro.

Este es un hallazgo particularmente importante.

Que sugiere que los beneficios del ejercicio en el cerebro son accesibles incluso con niveles más bajos y alcanzables de actividad física para la población general.

“Esta investigación subraya los posibles efectos neuroprotectores del ejercicio, abriendo nuevas vías en la prevención de enfermedades neurodegenerativas”.

Explicó el autor principal, profesor asociado de radiología.

E investigador principal en el Centro de Investigación Neuroimaging Labs de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en San Louis.

“Específicamente, demuestra que incluso un umbral bajo de actividad física (tan solo 25 minutos a la semana o 10 minutos al día durante 2,5 días a la semana).

Se correlaciona con mayores volúmenes cerebrales en esta población de adultos a lo largo de la vida”, agregó.

Los regímenes de actividad física utilizan recomendaciones históricas como 150 minutos a la semana o 10.000 pasos al día.

Pueden ser difíciles de establecer y mantener.

A una persona puede llevarle unos 90 minutos caminar 10.000 pasos solo.

Factible de realizar, pero no fácil.

Nuestro trabajo sugiere que los beneficios de la actividad física para la salud cerebral son potencialmente alcanzables con un compromiso de tiempo.

Y una intensidad de ejercicio mucho más fáciles de lo que se pensaba anteriormente”, concluyó.

Fuente: www.tn.com.ar